En la Calle Don Sancho de Cartagena de Indias, un lente no se detiene, no deja de capturar imágenes que invitan a la nostalgia, a las sombras, al juego arquitectónico de aleros y balcones con una luz fotográfica en pugna con el pasado y presente de los que recibimos regalos tan hermosos y sinceros como un farolito cartagenero.
Gracias maestro Duque por iluminar con ese farolito mi atrevida nostalgia por Cartagena.
Gracias maestro Duque por iluminar con ese farolito mi atrevida nostalgia por Cartagena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario