Publicaciones de Diego Lasso en Cartagena de Indias y Panamá

viernes, 13 de junio de 2008

Al poeta Pedro Blass y a Ramiro Ensuncho
Pasión por el Caribe.

Del Caribe se tiene una idea que sin conocerlo invade la imaginación de filibusteros, viento huracanado, galeones que naufragaron con tesoros, islas habitadas por bucaneros, españoles extraviados hace más de 500 años y ante todo, trópico, bochinche, estrafalarios buses con melodías de Ruben Blades, Hector Lavoe, Willy Colon, Richi Rey, Bobby Cruz.

Una tierra con un Sonido bestial, con sabor a pescado y patacón, de negras y mulatas con blancos dientes que hacen de su sonrisa toda una invitación para humedecernos en sus bahías y apresurar la llegada de sus amaneceres. El Caribe tiene su biografía como la de German Arciniegas, sus visiones de América como la de Alejo Carpentier, su erudición continental en Pedro Henriquez Ureña, Fernando Ortiz, Martí.

Poesía altanera y sensual en Nicolas Guillen, luis Pales Matos, premios Nobel de Literatura en García Márquez, Derek Walcott, V.S Naipaul.Rito, chango y Yoruba, misterio vudú. Sones y boleros en las voces de Benny More, Bola de nieve, orquestas legendarias, una Sonora Matancera, un Trío Matamoros y una voz que supera cualquier nostalgia y tragedia, porque para ella “la vida es una carnaval”: Celia Cruz.

El Caribe es abrupta geografía, deporte de bates, cuadriláteros y un sol que baila con el atardecer entre sus palmeras. Si de fiesta se trata, la música mas alegre y sandunguera proviene de sus puertos, de ese sincretismo afro americano que se expresa con tambores, trompeta , salsa y ese movimiento de caderas que despabilan la embriaguez de sus mujeres.
No creo que el Caribe tenga fronteras, porque su ritmo y canto invaden todos los rincones. Sus aguas están en pugna con el Océano Atlántico y se extienden 2. 500. 000 Km cuadrados por islas y costas desde el Golfo de México, la Península de Yucatán, por los acantilados de Belice, donde esta el segundo arrecife coralino mas grande del Mundo. Sigue por toda esa América Central, bajando a las costas de Panamá, Colombia, Venezuela, rodeando islas con una fusión de nombres que son la huella de holandeses, franceses, ingleses, portugueses y españoles que importaron su tabaco, hamacas, olores, naturaleza, pájaros y deslumbrantes historias como la de Juan de Castellanos, Fernández de Oviedo, Bernal Díaz del Castillo. Y como no invitar a Francis Drake, primero en circunnavegar el planeta en su legendario barco Golden Hind. El saqueador de los puertos del caribe, quien introdujo el tabaco en Inglaterra y cuya muerte acaecida en 1596 frente a las costas de Portobelo, aumentan de misterios y leyendas el fondo marino del Caribe.
Este mar a sido cómplice del oro que se fue y de la epidémica civilización que llego vestida de conquista, esclavitudes, independencias, migraciones, batallas y de personajes que desde Colon, Drake, Bolívar, Marti, el Che, Maqroll el gaviero, Jose Arcadio, hasta anodinos dictadores han ido moldeando la rebeldía de sus habitantes, el perfil de su cotidianidad y cultura.
En San Andrés islas, el caribe se impuso ante mis ojos. Sentí su brisa, salmuera y desde allí naufrago lentamente en su undívaga presencia. Después lo recorrí en sus 1600 kilómetros de costa colombiana, con asombro en los rigores del desierto Wayuu que lo custodia en la Guajira, escribí versos en las faldas de la Sierra Nevada, vendí libros en sus orillas, me perdí en la voluptuosidad de sus mujeres y comí pescado y cocadas en Cartagena de Indias. Del Caribe uno nunca se despide. Su nostalgia desde el pacifico se mueve como los alcatraces que lo sobrevuelan, en la cumbia de sus mujeres que con sus protuberantes nalgas y risas lo han fertilizado de grandes artistas y boxeadores, que lo detienen en el tiempo.
El Caribe es toda esa marea humana que se broncea en sus contornos y mete los pies en sus playas.No quiero terminar estas palabras sin mencionar al loco Ensuncho que se embriaga en BAR y bicicleta por la calle de las damas y termina su recorrido entre unas piernas anónimas en el hotel Bella Vista de Marbella, al poeta Pedro cómplice nocturno del sol cartagenero, a Ratón que se gana la vida lavando carros en las calles de El Chorrillo, junto a cinco niños que dependen de su ingenio caribeño frente al Océano Pacifico. A Sorolo que siempre esta “listo” en la contravia o esquina, pendiente de lo que puede suceder en su negocio, a sus abrazos de santero que parecen olas y reviven su nostálgica cercanía al brujo Ismael Rivera. A Dairo herrera que me llevo a ellos, a Esteban Ramírez por su película “Caribe”, a la profesora Argenida de Barrios, que promueve la Universidad del Trabajo, del ocio pedagógico y creativo para la tercera edad, desde Bocas del toro, Colon y todo ese Caribe panameño. A Edgar Brenes que me recibió con una cerveza bien fría en Puerto Viejo.
A ellos mis impresiones y como lo dijo la poeta Meira del Mar, a orillas de sus aguas, verdadero capitán de mi sueño desmedido…
Portobelo Panamá 2003
Diego Lasso

No hay comentarios: